Mamíferos

  Fauna en La Pedriza 

-Cabra Montesa.

    A finales del siglo XIX el Valle del Lozoya era testigo de la caza de la última cabra montesa de la Sierra de Guadarrama. Años más tarde, a lo largo de 1990 y 1992, se introdujeron 50 ejemplares procedentes de la Sierra de Gredos en Ávila y del Valle de las Batuecas, en Salamanca. Hoy en día son más de 400 los ejemplares que podemos contemplar.

     La Cabra Montesa (Capra pirenaica) es originaria del Suroeste de Asia. Es un animal extraordinariamente adaptado a la vida entre las rocas, con gran resistencia al frío. Sus pezuñas están constantemente regenerándose para compensar el desgaste sufrido, el borde es muy duro y el interior es blando y antiderrapante. Podemos verlas caminar, correr y saltar por lugares "imposibles".

     Se reúnen en grupos, machos por una parte y hembras con jóvenes por otra. Algunos machos viejos, se apartan del grupo y se vuelven solitarios.

     En octubre comienza su celo. Es entonces cuando los machos compiten y eligen así quién será el encargado de transmitir sus genes, liderando y fecundando a un grupo de hembras. Los combates son topetazos de gran violencia que resuenan en toda la sierra.












 
 
 
 
-Ardilla (Sciurus vulgaris) los restos de piñas que encontramos en el pinar, mordisqueado de una forma peculiar, nos dan pistas de su existencia.
 
 
 
De un color rojizo, poseen una gran cola muy útil para guardar el equilibrio en sus saltos y rápidos movimientos por las ramas de los árboles. La usan también como sombrilla en los días calurosos,
 ya que pueden abrir o cerrar los pelos de la cola gracias a unos músculos especiales que tienen en los bulbos pilosos.
 

Huellas de ardilla en la nieve.
 
Destaca su extraordinario poder de enfoque óptico (superior al del resto de roedores) lo que le permite ver a gran distancia y advertir el peligro. Es capaz de observar su alrededor sin apenas mover los ojos en sus cuencas orbitarias ni tampoco la cabeza. Esto es muy útil en su vida arborícola.
 
En el sur de la península Ibérica, las ardillas tienen un dorso con tonalidades más claras que las del norte, siendo el vientre totalmente blanco en las del sur y una estrecha franja central en los ejemplares del norte. El color más oscuro cuanto mayor es la pluviosidad del lugar que habitan. Los individuos de la zona central presentan características intermedias.
 
A mediados de marzo comienza el primero de sus ciclos anuales de cría. Es entonces, cuando el macho persigue a la hembra por las ramas de los árboles de forma muy llamativa.
 
 
 
-Jabalíes (Sus scrofa) son frecuentes en La Pedriza los rastros que este animal deja a su paso; hozaduras, revolcaderos, rascaderos, camas o afiladeros. El jabalí vive formando grupos (piaras), principalmente de hembras con sus crías. Los machos jóvenes suelen abandonar este grupo en el primer invierno de su vida, y en algunos casos, acompañan a otro macho adulto, recibiendo el nombre de escuderos. Los machos adultos se acercan en otoño al grupo de hembras y expulsan a otros machos jóvenes, pero cuando se encuentran dos ejemplares de fuerza y tamaño similar, se entabla un violento combate, en el que ambos contendientes intenta herirse en los flancos. Afortunadamente, durante esa época, esa zona lateral es más gruesa y dura, convirtiéndose en una especie de escudo contra sus afilados colmillos, también llamados navajas.
 
Pasan los jabalíes la mayor parte del tiempo buscando bulbos, raíces, tubérculos, insectos, anfibios y pequeños mamíferos que localizan con su gran olfato y desentierran con sus hocicos. También los huevos de las aves que anidan en el suelo forman parte de su alimentación, y en otoño, las bellotas y piñones. Otra tarea a la que dedican gran parte de su tiempo es la desparasitación, bañándose en el barro y rascándose en el tronco de los árboles, donde después, dejan testimonio de paso con una dentellada lo más alto posible, para informar a otros congéneres de su tamaño.
 
Cuando se desplazan sobre un terreno nevado, los jabalíes caminan en fila india, para ahorrar energía, pisando el camino ya abierto por otros compañeros de la piara.
 
Huella de jabalí en la nieve.
 
 

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